-En los fríos pasillos de Tengoku Gakuen vacilaba una silueta, que, debido al oscuro de su vestir parecía formar un macabro juego con las sombras que le rodeaban, mimetizandose con estas, para luego dar simbolos de su existencia material cuando un pequeño haz de luz iluminaba parcialmente su pálido rostro, fue así, como a tranquilo paso, el cual era perfectamente calculado, debido a que ningun sonido era percibido cuando sus piez hacian contacto con el suelo, llegó a su acometido, el jardin, lugar donde al finalmente salir a su esplendor, fue iluminado por la luz de la luna la fisionomía de Dante Sveengard, quien cerraba sus ojos y aspiraba tranquilamente aquella brisa nocturna, dejando que su cabello ondulease suelto trás él, luego de esto, abrio sus ojos, fijando cada detalle de aquel jardín con sus cristalinos ojos, y, comenzando a caminar lentamente por entre estos, sacaba un cigarro, el cual, al encenderlo, era practicamente la única existencia que se veía a lo lejos, puesto que las sombras le ocultaban a diustancia casi perfectamente, fue así, como dejando escapar el humo entre sus labios, volvió a suspirar, relajandose, y pensando en sus movimientos a futuro, planificando su propia vida, y trazando estrategias, por lo cual, en aquello, que más que darle caras sencillamente le relajaba, acompañado por aquel ambiente, se hizo algo perfecto para él-