Integracion al Instituto.

Como todo alumno de recien ingreso se le pidio que fuese a la direccion, y asi lo hizo. En su rostro se rezumaba una casi perversa tranquilidad mientras recorria los pasillos, nunca presto atencion alguna a su alrededor, solo volteava de vez en cuando al sentir su reflejos sobre los vidrios de alguna ventana, la imagen era primordial, se presentaria ante una de las maximas autoridades del instituto, por lo mismo se aseguro de llevar el cabello bien peinado, aunque no se podia hacer mucho por el volumen, siempre fue de mechones bastante tupidos. Con inusual delicadesa se paso la mano por entre sus largos mechones, peinandose con los dedos a manera de resaltar sus multiples capas, una vez satisfecho volvio su camino hacia la oficina de la directora.

No toco, no era su estilo pedir permiso, estaba acostumbrado a entrar donde quisiera a la hora que quisiera, un mal habito que nunca a podido, ni a querido cambiar. Abrio muy lentamente la puerta a manera de abisar su presencia, y cuando por fin decidio entrar lo hizo con un paso bastante ataviado, lleno de la arrogancia aristocratica que habia aprendido desde muy pequeño. Camino directamente hacia la directora, quedando enfrente de su tosco y fino escritorio, la miro de manera incistente, como suele hacer cuando estudia a las personas; sin duda aquella mujer era hermosa, sus rubios cabellos y piel blanca eran admirables y resaltaban gracias a su pequeña estatura, sin duda parecia una muñeca barbie o algo por el estilo .- Disculpe la interrupcion Mademoiselle, mi nombre es Alexander Sveengard D´ Médici y soy estudiante Universitario de la facultad de ciencias sociales, soy de nuevo ingreso, en recepcion me mandaron para aca...a presentarme ante usted.- Le hablo de usted, pues era una autoridad del lugar, y bueno la arrogancia no es sinonimo de estupides, sus intenciones nunca serian las de enfrentarse directamente con los responsables del instituto.